ALEXANDRA R
de forma muy resumida sería: tú eres el novio de mi hermana mayor, yo soy unos años más pequeña (por ejemplo tengo 18 ó 20 años), y tú cada vez estás más harto de que mi hermana siempre vaya vestida con sudaderas y chandal, y en cambio te encanta cada vez más q yo siempre vista así más pija, clásica y elegante con jersey y camisa, te gusta muchísimo mi forma de vestir, por lo q un día voy vestida exactamente así
y decides pasarte por mi cuarto mientras estoy estudiando un día q mi hermana ha tenido q salir
qué te parece?
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CARLOS C
que tu mente es más caliente de lo que tú misma crees
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ALEXANDRA R
jajajajja
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CARLOS C
como te dije ayer, sí, me gusta esa sobriedad en ese look
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ALEXANDRA R
y para hacerlo más interesante y morboso yo soy muy tímida, introvertida y reservada en el relato, jamás estoy con chicos, lo q te da más morbo a ti
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CARLOS C
La cosa no ha ido tan mal entre mi novia y yo como había pensado inicialmente. No se lo había tomado tan mal, aunque al día siguiente, cuando timbré en su casa, me recibió, y creo que lo hace ya para fastidiarme, con sus leggins y su sudadera puestos. Su sonrisa era pícara, lógico, ya que sabía lo que estaba haciendo. Nos besamos en la puerta y, cómo casi siempre, mis manos apretaron su culo brevemente. Había ya confianza de varios años.
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CARLOS C
Fuí a la nevera y me serví un vaso de auga. La casa estaba extrañamente en silencio. Lo normal es que hubiese algo de música puesta, de ella o del cuarto de Alexandra, su hermana, pero hoy no, y me extrañaba.
- qué pasa que la casa parece hoy un funeral?
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ALEXANDRA R
(Mi hermana te contesta que mis padres están de viaje, que solo estamos ella y yo, y que yo estoy estudiando en mi habitación)
(mi hermana te dice q tiene q salir un momento que tiene q comprar una cosa, como hay mucha confianza después de tantos años te dice que te quedes en el salón viendo la TV, que vuelve en unos 30 ó 40 minutos)
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CARLOS C
veo cómo se da la vuelta y fijo mi mirada en su culo. Uff, con el culo tan bonito que tiene y que no me deje nunca verlo con un buen vaquero puesto. Fantaseo con la de veces que se lo he magreado, mordido, besado e incluso aquella primera vez que me pidió que jugase con su agujerito. Me estaba poniendo malo sólo de pensarlo. El ruido de la puerta al cerrarse me despertó de mi sueño.
y ahora qué hago? pensaba. La tele no me gusta. Música no voy a poner porque Alexandra está estudiando. Alexandra.. mi mente ya espoleada por el pensamiento de su culo aún seguía trabajando en modo outsider. Todas las funciones se dirigían ahora hacia tu figura. Una chica joven, responsable, atractiva y, lo mejor de todo, había heredado el culo de la hermana, pero con una diferencia reveladora. Ella sí vestía vaqueros!
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ALEXANDRA R
(sí, yo sigo en mi cuarto estudiando ajena a q tú estás en la casa, estoy concentrada)
(vestida de esa forma tan sobria, seria y formal para casi todos los chicos pero q a ti te encanta, pq a ti te molan las chicas q saben combinar bien los jerseys con las camisas y un buen vaquero)
(y aunque solo tengo 18 años te encanta como me queda toda la ropa q llevo siempre, y eso q todavía no me has visto con este jersey azul oscuro que llevo que combino tan bien con la camisa azul claro)
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CARLOS C
mi mente se empeña en torturarme hoy y destierra esos momentos en que la ayudaba a descolgar la ropa del tendal. Esos vaqueros, esas camisas. Sabía exactamente de quién era cada tanga, sujetador o braga que descolgaba. Por raro que me parecía, ella nunca le dió importancia a que viese o doblase cualquier prenda de Alexandra, pero en muchos momentos el morbo me podía. Me imaginaba inspirando fuerte sus tangas antes de meterlos en la lavadora o masturbándome furtivamente con ellos enrollados en mi pene. No puedo negar que esa idea volvió a mi cabeza. Estaba prácticamente solo, pero el cesto de la ropa y el tendal estaban vacíos. Basta! dije para mis adentros. Como sigas así vas a acabar excitándote de todo. Sí, era cierto. Una leve excitación se marcaba bajo mi pantalón, y, por prudencia, no quería aumentarla.
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ALEXANDRA R
(yo mientras sigo estudiando en mi habitación vestida así con esta ropa sobria pero pija al mismo tiempo)
(cuando de repente noto que unos pasos se acercan a mi habitación)
(sé que tú estás en la casa pq me lo ha dicho mi hermana q ibas a venir pero soy tan tímida, seria e introvertida que me da un poco de corte tener q hablar contigo)
(tendré 18 años pero en el fondo sigo siendo algo niña e inmadura todavía)
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CARLOS C
Supongo que Alexandra estará estudiando, no sé si será prudente molestarla. Mis pasos avanzan a su habitación mientras intento descartar las excusas que me llevan a saludarla. Es más joven que yo, está en esa época complicada en la que todos pudimos ser ángeles o demonios en cuestión de minutos. Es una chica tranquila y alegre, y siempre tuvimos muy buena relación. A mi cabeza vuelven las imágenes de Alexandra vestida con sus vaqueros, camisa y jersey, al más puro estilo colegio de pago. Cada vez que la veía apostaba en pensamientos qué lencería podía llevar. A pesar de ser más joven, tenía mejor gusto que su hermana. Delicados tangas con bordados, sujetadores sin relleno y sin aros que en ciertos momentos me obligaban a fijarme en cómo se marcaban sus pezones. Todo siempre muy sobrio y elegante, sin las estridencias típicas de las chicas de su edad. Hasta en eso superaba a su hermana.
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ALEXANDRA R
(sí, estás confuso en tu mente, por una parte q mi hermana nunca ha vestido en plan pija ni clásica, nunca, y eso te molesta, estás harto de sus sudaderas y ropa informal)
(y por otra parte que desde q me conoces casi siendo una niña yo siempre he vestido así sobriamente con jerseys y camisas pero q te mola muchísimo)
(te encanta mi ropa desde siempre pero hasta hoy no te has dado cuenta del mucho influjo q tiene en ti)
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CARLOS C
Me da igual que esté estudiando. Voy a saludarla, creo que porque descanse un rato charlando conmigo no va a pasar nada. Sincerándome conmigo mismo, sé perfectamente que, además por el aprecio que le tengo, una de mis intenciones es tener motivo para dedicarle una de mis pajas nocturnas, como tantas veces he hecho. Imaginándola con esas camisas, elegante, seductora.. Si su hermana supiera.. me echaría con cajas destempladas. Toc Toc
-Hola Alexandra. Se puede?
- Espero que no estés muy ocupada
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ALEXANDRA R
(yo me asusto al oir q llamas a mi puerta, no me lo esperaba, algo cortada y muy tímida digo)
- ah, hola, pasa, estaba estudiando, q tengo pronto un examen
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CARLOS C
- Qué recuerdos, esos tiempos de estudiante.. De qué es el examen? Quizás pueda ayudarte
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ALEXANDRA R
- Es de matemáticas, no hace falta q me ayudes (sonrío tímida y nerviosamente), lo llevo ya bastante bien
(tú te fijas en mi jersey azul oscuro y mi camisa azul claro, nunca antes me has visto con ese jersey y esa camisa, serán nuevos, siempre te mola verme con ropa nueva, y sobre todo lo bien q combinan ambas cosas con mi vaquero)
(tú te das cuenta q estoy muy cortada, tímida y nerviosa, soy muy introvertida pesar de q hace ya años q eres el novio de mi hermana mayor)
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CARLOS C
veo cómo te giras, desplazando tu media melena castaña contra un lado, descubriendo tu linda cara. Esos ojos marrones ahora un poco enrojecidos por la continua concentración en los estudios. Ciertamente te noto algo nerviosa, nunca has sido una persona muy sociable, ya madurará, pienso, pero hoy estás especiamente rara, temblorosa, esquiva. Me recuerdas a cuando yo era joven y me gustaba alguna chica. Mi táctica era todo lo contrario a lo que se debía suponer, me encerraba en mí mismo, me moría de la vergüenza e intentaba esquivarla. Con los años todo eso cambió radicalmente, pero no puedo evitar pensar que algo hay.
- Tranquila, debes estar muy alterada. Los exámenes siempre son épocas difíciles y hay que saber controlar las sensaciones. A la vez que te digo esto, poso mi mano en tu hombro con firmeza. Puedo adivinar el tacto de tu sujetador bajo toda la ropa que llevas, es algo que mis sentidos han aprendido a percibir. Lo que se intuye siempre es mejor que lo que se ve. Cuál será el que lleve hoy?
- Por cierto, estás muy guapa. Qué diferente eres a tu hermana
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ALEXANDRA R
(yo miro algo cortada como pones tu mano en mi hombro tocando mi jersey azul oscuro nuevo, me pone algo nerviosa)
(tú no lo sabes pero a pesar de mis 18 años al ser tan tímida, introvertida y seria nunca he dejado q ningún chico se tome esas confianzas)
(me sonrojo un poco cuando dices lo guapa q estoy, no esperaba q me dijeras eso, no sé q responder)
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CARLOS C
En mi cabeza se mezclan todo tipo de olores. Un olor que adoro es el de los libros. El de tu pelo que me vuelve loco, el propio olor de tu habitación, una mezcla que evoca limpieza, mezclado con el de tus zapatillas de deporte, tiradas en una esquina al lado de la cama. Mi mano sigue en tu hombro, por mi cabeza en ningún momento se pasó la idea de retirarla e, inconscientemente tú tampoco haces ningún amago de que te moleste, por lo que se ha quedado ahí.
Todos los pensamientos que antes circularon por mi cabeza hacen de tí una imagen de sensualidad total. Tu inocencia, tu nerviosismo, la dulzura de tu timidez, ese jersey, la camisa cuyo cuello asoma por debajo. Imagino tu ropa interior y tu culo increíble pegado a la silla. Mi otra mano se posa sobre el hombro izquierdo y comienzo a mover las dos lentamente, como si de un suave masaje se tratara.
- Estás tensa, relájate. Es simplemente un examen. Además, no dudo que lo superarás fácilmente. Siempre has sido buena estudiante
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ALEXANDRA R
(yo noto como tienes tus dos manos en mis dos hombros tocando mi jersey azul oscuro, y como empiezas a masajear)
(eso no me relaja, al contrario, me pone mucho más nerviosa, no entiendo pq no te digo q te vayas, mi timidez me lo impide, tu presencia me impone, siempre te he visto como alguien muy mayor, aunque en realidad solo eres 6 años mayor q yo, pero eso a mis 18 años es mucha diferencia)
(estoy confusa, muy confusa, pq nunca he dejado q ningún chico me toque así mi hombro ni mi ropa, no entiendo pq te estoy dejando a ti)
(y encima eres el novio de mi hermana mayor, estoy super confusa con mis sentimientos y emociones)
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CARLOS C
- Alexandra, creo que deberías tomar un poco el aire. Te veo muy alterada. De verdad, te pasa algo? Desde aquí arriba puedo ver cómo tu abdomen se mueve en una respiración acelerada. Veo tu pecho hincharse y desincharse arrítmicamente, como si el aire quemase en tus pulmones. Mis manos siguen en tus hombros, pero el intento de masaje ya se ha detenido. Ahora están simplemente posadas, con mis dedos moviéndose levemente, intentando perfilar cada una de las fibras que componen la tela de tu camisa. Tus pezones erizados bajo la ropa despiertan todos mis sentidos y alteran mi testosterona. Alguna vez ya los había visto así, pero no tienen nada que ver con la intensidad con la que hoy se marcan. Bendita dulzura, pienso. Hoy lleva el sujetador sin relleno.. Mi corazón se acelera, noto cómo mi cuerpo bombea sangre a mi entrepierna, reaccionando ligeramente. Cabeza, pienso para mí mismo, es la hermana de tu novia
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ALEXANDRA R
(yo no me doy cuenta q se me han marcado un poco los pezones, y aunque con el jersey y la camisa no se deben notar mucho me siento algo incómoda, intranquila, no sé q me pasa, mi instinto me dice q te diga q te vayas de mi habitación pero por alguna razón q no entiendo no lo hago, estoy confusa y no me reconozco)
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CARLOS C
mi cabeza sigue atormentándome dulcemente. Por ella pasan varias situaciones, cada cual más diferente. Sería capaz de coger tu mano y, tirando de tí, salir galopando en un corcel hasta la puesta de sol. También podría darte la vuelta, empujarte contra la cama, arrancarte la ropa y follarte salvajemente hasta que cayéramos exhaustos, pero no. Me pide otra cosa, me pide dulzura, sensualidad, delicadeza y cariño, que es lo que realmente me transmites. Mis dedos suben ligeramente por la tela de tu camisa hasta alcanzar tu piel. Siento un respingo en tu cuerpo. Tus pezones, por increíble que parezca, están aún más tiesos.. lo que daría por sentirlos entre mis labios.. noto tu piel tensa, erizada, sensible. Los músculos de tu cuello los siento duros como cuando estoy en el gym levantando hierro. Algo me dice que, a pesar de tu supuesta incomodidad, te gusta. A mí también.
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ALEXANDRA R
(nunca ningún chico me ha tocado antes los cuellos de ninguna camisa mía, por eso cuando has pasado tus dedos acariciando y rozando los cuellos de mi camisa azul claro que sobresalen de mi jersey azul oscuro he sentido un estremecimiento fetichista q me ha gustado, no sé pq pero q roces mi ropa y q te guste la ropa q llevo me excita aunque nunca antes me lo había planteado)
(nunca había pensado q mi forma de vestir así tan pija, clásica, sobria y elegante podría gustar a un chico, pero estoy notando q a ti te guste, y eso me mola fetichistamente, aunque no sé pq)
(estoy descubriendo emociones y sensaciones q nunca he experimentado antes a mis 18 años)
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CARLOS C
Alea jacta est! me autonvenzo. El morbo que me transmites es demasiado y, aún a riesgo de que ella vuelva y nos encuentre en una actitud más o menos sospechosa, no puedo evitarlo, es como si mi mente le pusiese freno a la razón y negara cualquier pataleta que tuviese por evitarlo. Mis manos descienden por tus hombros, deteniéndose el la suavidad de la tela del jersey, puedo notar tus finos brazos temblorosos, pero también noto que te dejas llevar. Esa sensación hace que mi excitación se dispare. Noto mi polla hinchada bajo el pantalón, palpitando como nunca. Inclino mi cara sobre tu pelo e inspiro sonoramente para después expirar mi aliento cálido en tu cuello. No disimulo, quiero que sepas que estoy ahí, deseándote. Mis manos no paran de acariciar los tuyos por encima del jersey.
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ALEXANDRA R
(antes de este día jamás hubiera consentido ni permitido q ningún chico me tocase los brazos por encima del jersey, he sido siempre muy fría, tímida y distante con los chicos, pero hoy algo ha cambiado en mí, sigo siendo un poco niña e inmadura, pero me gusta q toques mi ropa, fetichistamente eso me gusta, y sobre todo q mi ropa haga q te atraiga más q la ropa de mi hermana, hay cierto morbo ahí q me gusta, aunque no entiendo muy bien el porqué)
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CARLOS C
me encanta el olor de tu pelo. Vuelvo a inspirar profundo, sólo quiero que me envuelva durante el resto del día para acordarme de tí cuando esté fuera. Mis manos sobrepasan tus brazos. Tu espalda está pegada al respando de la silla donde estudias. Estás rígida pero receptiva. Lo sé. La experiencia me dice que lo deseas en lo más profundo. Ahora entiendo muchas miradas cruzadas cuando estaba por casa, ese leve rubor que teñía tus mejillas, esa sonrisilla infantil disimulada. mis manos se desplazan un poco atrás, hasta apropiarse de tus costados. Ahora siento con más potencia lo acelerado de tu respiración junto con el tacto de tu caja torácica bajo el jersey y la camisa. Mi cara atraviesa tu pelo. Ahora es tu piel la que huelo, un olor mucho más potente. Estrógeno puro. Deposito un beso en tu cuello con un leve roce de mis labios. Tus pezones van a reventar el jersey.
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ALEXANDRA R
(yo me estremezco por ese beso en el cuello, es el primer beso q me dan ahí en mi vida, en estos años algún chico me ha dado algún beso tímido en los labios pero nunca he pasado de eso, ese beso en mi cuello me produce escalofrios, sé q es el momento de parar esto, sé q esto no está bien, empezando pq eres el novio de mi hermana mayor, y además no sé si estoy preparada, estoy super confusa)
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CARLOS C
Ese nerviosismo, ese tembleque, esa respiración entrecortada me excitan terriblemente porque eran las mismas sensaciones que tuve la primera vez que lo hice con tu hermana. Recuerdo cada momento, cada roce, cada gemido. La torpeza de dos jovenes su primera vez.. pero esta vez no sería así, yo seré quién te lleve por la senda adecuada, quién te enseñe y te haga apreciar todo lo que envuelve al erotismo y la sensualidad. En tu frente puedo apreciar leves gotas de sudor. Estás colorada y acelerada. En resumen. Estás excitada. Muy excitada. Creo que hasta podría sentir cómo tu sexo palpita y lubrica levemente en cada una de tus respiraciones. Mis manos descienden por tus costados hasta tu cintura, sujetando el borde de tu jersey y tirando de el suavemente hacia arriba.
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ALEXANDRA R
(yo noto como colocas sutilmente tus manos en el borde de mi jersey azul oscuro y como empiezas a tirar de él hacia arriba, lentamente, muy lentamente, suavamente, disfrutando cada centímetro q subes, has querido hacer esto con cada uno de los jerseys q me has visto llevar desde q tenía 14 años, siempre mi ropa te ha gustado muchísimo y has querido jugar con ella, y este jersey te encanta como me queda y como quieres jugar con él)
(de hecho solo me lo levantas hasta mi pecho, no quieres quitármelo del todo, pq te encanta hacerme cosas estando así vestida con esa ropa tan clásica, pija y elegante a la vez q sobria y formal)
(solo quieres verme bien la camisa azul claro q llevo debajo y te encanta lo formal q visto con la camisa vestida elegantemente por dentro de mi vaquero)
(quieres, necesitas hacerme muchas cosas con esa ropa puesta, fetichistamente eso te mola, esa ropa q nunca verás puesta a mi hermana)
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CARLOS C
por mi cabeza pasan miles de ideas, de deseos, de juegos, de perversiones que estoy seguro cumpliríamos juntos. Me tienes entregado y estoy seguro que tú también lo estás. Ese jersey azul se amontona frente a tu pecho, proporcionándote un extra de calor. Me sientes de pie, inclinado sobre la silla, con mis brazos por los costados del respaldo y deteniéndose en la tela de tu camisa. Una tela de calidad, suave y delicada como la piel que cubre. Sientes mis manos en tu vientre, pasearse, acariciar, detenerse en cada uno de los botones de la camisa que tu jersey no cubre. Puedo ver tu vientre subir y bajar con cada respiración. Puedo sentir tus estrógenos liberados por cada uno de tus poros. Mis manos buscan un poco más, descienden hasta tus muslos y vuelven lentamente por su cara interna. Rozan tu entrepierna levemente y vuelven a subir por la camisa, desapareciendo bajo la tela del jersey. Se posan sobre tus pequeños pechos. Mis labios vuelven a buscar la piel de tu cuello, vuelven a recorrerla esquivando la tela del cuello de la camisa azul.
- Umm, si tu hermana vistiese como tú. Me volveríais loco entre las dos, te susurro lujuriosamente para seguir en su paseo hasta el lóbulo de tu ojeja, el cual atrapo entre los labios, dándole un leve tirón.
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ALEXANDRA R
(sí, como llevas muchos años saliendo con mi hermana has estado todo este tiempo sin tocar ninguna camisa ni jersey a ninguna chica, hace siglos q no haces eso, pq mi hermana nunca viste así)
(el poder tocar mi jersey, mi camisa y mis vaqueros te da un plus fetichista total, te da un morbo q te encanta)
(yo aunque sigo tensa por la situación poco a poco me voy relajando, aunque todo esto es nuevo para mí, nunca ningún chico me ha tocado antes por encima del jersey y mucho menos por encima de la camisa, y muchísimo menos por mi vaquero)
(yo estoy tensa y no quiero q sigas pero por otra parte me gusta fetichistamente juegues con mi ropa)
(no me reconozco a mi misma)
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CARLOS C
en un gesto doy la vuelta a la silla giratoria y te pongo frente a mí. Delante de mí tengo una chica colorada, sudando levemente, respirando entrecortadamente y con el bonito jersey arremangado a la altura de tus tetas. Tiro de tus manos a la vez, levantándote de la silla. Eres delgada y te saco casi una cabeza. En volumen, mi espalda sería el doble de la tuya. Ahora tú puedes ver mi cara y tus ojos se desvían hacia el bulto que pelea por salirse de mi pantalón vaquero. Un vaquero casi del mismo color que el tuyo, azul clarito, pero con una pequeña diferencia. Ahí donde mi polla se abulta puedes ver un círculo de humedad. Es la excitación de mi flujo preseminal que ya ha atravesado el boxer y humedece mi pantalón. Estoy empalmadísimo. Mis manos recorren tu cintura con suavidad, tirando de tí hacia mí hasta que nuestros cuerpos entran en total contacto. Percibes mi bulto apoyarse a la altura entre tu pelvis y vientre. Nunca habías sentido una polla tan dura ni tan cerca. Mi boca se acerca a la tuya, despacio. Quiero que me veas para que te vayas preparando. Quiero saborear tu boca.
- Te han besado alguna vez, Alexandra?
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ALEXANDRA R
(yo estoy tan desbordada por lo q acaba de pasar q no soy capaz de responder, estoy sumamente cortada, tímida y desbordada por la situación)
(tú te das cuenta que te da igual mi respuesta y me das un intenso beso en los labios muy largo, muy intenso, con un deseo brutal, hace años q no besas así a mi hermana)
(y dejándote llevar por el fetichismo aprovechando q estás en mi habitación me coges de la mano y me llevas hasta mi armario, lo abres, ahí están todos los jerseys y camisas q me has visto llevar en estos años, está todo, eso te da un morbo fetichista brutal, te colocas detrás de mí juntando tu paquete contra mi culo mientras empiezas con tu mano a tocar todos los jersey, camisas y pantalones de mi armario, te encanta hacer eso mientras estás pegado junto a mí)
(yo me siento un poco incómoda por esta situación, forcejeo un poco para librarme, pero tú no me dejas, eres mucho más fuerte y alto q yo)
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CARLOS C
- ves qué maravilla? toda la ropa de tu armario es fina y delicada, suave y sobria y eso me vuelve loco. Es algo que tu hermana nunca podrá darme porque únicamente va vestida de sport, y a mí me vuelven loco las chicas como tú. Delicadas, de camisa, jersey y vaquero. Pego mi polla aún más contra tu culo y respondes apretando contra atrás. Mis manos se deslizan por tu vestuario moviendo tu ropa e intentando respirar como un cocinero lo hace sobre una marmita. Estoy terriblemente excitado. la mancha de mi pantalón sigue creciendo. Noto perfectamente cómo mi polla rezuma excitación. Mis manos aprietan tus caderas para pegar aún más nuestros cuerpos. Estiendo una mano y retiro un bonito jersey rojo de la percha. Lo paso por mi cara, respiro tu aroma impregnado en el y lo rozo por tu cara, como acariciándote. Tu jersey azul sigue aún a la altura de tus tetas. Mientras el jersey pasea por tu cara, mi mano derecha se desliza por tu pantalón, hasta tu entrepierna, notas mi mano apretar levemente tu sexo por encima de toda la ropa. Desearía arrancártela, pienso, pero es mucho mayor el morbo que me provocas con ropa.
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CARLOS C
arrojo tu jersey rojo al suelo y mis manos vuelven a tu cintura. Realmente estás en forma, aprieto tu piel y subo lentamente rozando tu camisa. Alcanzo tus pechos, los cuales aprieto por encima de la camisa. Tus pezones aún siguen en tensión, los noto en las palmas de mis manos rompiendo casi la tela. Arrastro tu jersey hacia arriba, sacándotelo. Ahora está en mi mano y repito la operación del jersey rojo. lo paseo por mi rostro. Inspiro tu aroma impregnado en el, mucho más potente que el otro. Vuelvo a sentir mi polla palpitando fuertemente bajo el pantalón. La situación es para mí tan morbosa que temo que en cualquier momento me corra vestido. Ahora puedo verte. Elegante, con la camisa azul y el vaquero. Bella y delicada. Paseo el jersey por tu pecho hasta tu cara y me sorprende ver que tú también inspiras, disfrutas con su tacto, con tu propio olor. Lo aparto y te beso con pasión, con un deseo incontrolado. Tú que antes parecías un pequeño animalito indefenso ahora parece que estás liberando la bestia que lleva dormida en tí. Mueves tu boca con ganas, con gula por devorar mi saliva. Nuestras lenguas se enroscan, pelean, golpean. Intercambiamos nuestra saliva como dos sedientos en el desierto. Enrosco el jersey por tu cuelo, lo aprieto levemente mientras no puedo parar de desearte y besarte.
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CARLOS C
seguimos de pie, frente a frente. Tu pecho se mueve descontroladamente. ya te costaba cordinar la respiración y ahora el jersey oprime tu cuello. Puedes respirar, pero el calor que te da acentúa tu sudor. Dejo de comerte la boca y subo a tu frente. Mi lengua rebaña cada gota de sudor que mana de ella y vuelvo a besarte. No haces ascos, es más, me besas con más deseo. mmmm... aquí hay mucho potencial, pienso. Si es su primera vez y está tan entregada, en el momento que disfrute de todas las perversiones que pasan por mi cabeza va a ser una diosa. Me he olvidado completamente de tu hermana. Todo mi universo ahora está centrado en tí, en tu cuello cubierto por el jersey, en tus pezones marcándose bajo la camisa, en tu pelvis que no para de moverse como buscando el contacto con mi polla hinchada.
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ALEXANDRA R
(sí, te encanta q a pesar de mi torpeza y de q se note q no tengo experiencia el morbo de la situación me haga comportarme así, estoy dejando de ser una niña, por primera vez me comporto como una chica de 18 años)
(tú no dejas de mirar mientras tanto toda la ropa de mi armario y piensas q te encantará otro día jugar con toda esa ropa, quieres jugar conmigo con cada una de las prendas de ese armario)
(como yo noto tu fetichismo por mi ropa te digo susurrando al oído sinceramente): nunca antes ningún chico había tocado ningún jersey mío y por supuesto nunca ninguno me lo había quitado, eres el primero (nada más decirlo me sonrojo, soy muy tímida y no estoy acostumbrada a decir algo así aunque sea cierto)
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CARLOS C
- Yo tampoco había besado antes a la hermana de una novia. Y sí, has descubierto el secreto que oculto a tu hermana porque sé que no lo entendería, a pesar de que ella es muy liberal. Me gusta la ropa, me gusta jugar con ella, me gusta verte bien vestida, como hoy, con tu vaquero, camisa y jersey. Usaría toda la ropa que tienes en el armario sobre tu cuerpo, sólo por mi placer y por tu placer. Ojalá me entiendas y compartas mi secreto. Momentos después vuelvo a comerte la boca. Mis manos estrujan brevemente tus tetas y vuelven al jersey azul. Lo desenroscan de tu cuello. Ahí estás, de espaldas al armario, casi rozando toda tu ropa. Te veo como una ninfa entre flores, rodeada de todas esas telas, colores, texturas. Me debilitas y excitas a la vez. En un gesto sujeto tus muñecas y las elevo por encima de tu cabeza, desplazándolas ligeramente hacia atrás, hasta que tocas la barra que soporta todo ese vestuario. En otro gesto rodeo tus muñecas con la manga del jersey, amarrándote a la barra fuertemente. Ahora estás atada, sólo pudiendo mover tus piernas, inmovilizada y a mi disposición. Sometida y unida a la barra del armario por tu jersey azul. Rodeada de toda tu ropa. Me separo un paso. Sigues viendo mi polla hinchada bajo el pantalón, ahora la mancha es mucho más grande, no he dejado de rezumar y disfrutar este momento. Tus estrógenos y mi testosterona llenan tu cuarto de estudiante. Estamos vestidos, pero se huele el sexo desde el pasillo.
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ALEXANDRA R
(jamás imagine que estar atada e inmovilizada a la barra de mi armario con mi jersey pudiera gustarme, antes de este día me parecería algo ofensivo, violento, pero hoy me doy cuenta q es mi ropa, el fetichismo por mi ropa lo q te hace obrar así, y eso me gusta, me excita)
(es una situación q me desborda pero estar así atada y tú mirándome me gusta, pq leo tu pensamiento de q te gustaría poder hacerme eso con toda la ropa q hay en mi armario)
(ya ni me doy cuenta de nuestra gran diferencia de edad ni de q seas el novio de mi hermana)
(solo sé q me gusta q te mole tanto mi ropa, por lo que inocentemente te pregunto con total sinceridad): entonces ¿te parece q conjuntaba bien este jersey azul oscuro con esa camisa azul claro? ¿te gusta como combinan? (soy coqueta con el tema de mi ropa y se ha notado en ese comentario)
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CARLOS C
- Es una combinación de libro, asiento. Adoro cómo vistes, envidio la ropa que acaricia tu piel y verte así, atada con tu jersey e imposibilitada para defenderte me excita mucho más, y no porque pueda hacerte algo malo, sencillamente porque te vuelve una persona sometida, voluble, como expectante ante mis deseos, y eso me llena. Mis manos vuelan a tu culo, un culo perfecto, apretado por el vaquero. Lo manoseo, me pego a tí. Vuelves a notar mi polla rozarse con tu cuerpo y mi boca respirar en la tuya. Me paso así un buen rato. A los dos nos cuesta ya respirar y esa labor se convierte en una sinfonía de pequeños gemidos que nos vamos escupiendo de boca en boca. Vuelvo a separarme de tí, doy dos pasos hacia atrás. Disfruto de tu postura brazos arriba, atada, sometida.
- Mírame, te digo suavemente. Mi mano desciende hasta la botonera de mi pantalón, poco a poco hago saltar cada uno de los botones hasta llegar al último. Mi erección impide que el pantalón caiga solo y de un gesto lo dejo caer al suelo. Levanto los pies y lo aparto de un empujón con el pie. Ahora sí puedes apreciar completamente mi polla hinchada bajo el boxer azul oscuro, curiosamente del color de tu jersey, puedes apreciar mi capullo justo en medio de una gran zona húmeda por mi flujo.
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ALEXANDRA R
(yo por supuesto nunca he visto semejante bulto en un boxer, es más, nunca había visto a un chico en boxer, me asusto un poco, por un momento me vuelvo a sentir indefensa y violentada ante esta situación así atada a la barra de mi perchero por mi jersey)
(aunque trato de evitar la mirada no puedo evitar mirarte a esa zona, me sonrojo y corto)
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CARLOS C
- Mírame, tú y yo no somos de piedra. Este es el resultado de mi deseo, de verte así atada entr tu ropa. Retiro mi boxer con las manos y lo sujeto.
- Ves lo mojado que me tienes? Nada me gustaría más que saber que tú estás igual. Huelo mi boxer observándote con cara de vicio.
- Está totalmente mojado de mi flujo. Algo que nunca pensarías ver es cómo me acerco a escasos centímetros de tu cara y llevando el boxer a mi boca ves cómo mi lengua recorre golosamente la suave tela impregnada en mi propio zumo. Me gusta violentarte, provocarte, sorprenderte. Nunca habrías pensado que verías un tío lamer su propio boxer.
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ALEXANDRA R
(yo no puedo disimular lo asustada q estoy, tengo miedo, tener tu boxer tan cerca de mi cara viendo como lo lames me produce sentimientos contradictorios)
(tú me susurras al oido): es tu ropa q llevas hoy la q lo ha puesto así, tu ropa de siempre me encanta, pero la de hoy me vuelve ya loco
(y coges tu boxer empapado de tu deseo y empiezar a pasarlo por mi jersey q ata mis manos, luego bajas por mi camisa y lo pasas por cada centímetro de mi camisa azul claro para luego empezar a pasarlo por mi vaquero)
(pasarlo fetichistamente por toda mi ropa te vuelve loco, pq sabes q es esa ropa y lo pija q soy el q produce tu deseo y erección brutal)
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CARLOS C
sí, me gusta que con lo pijita que eres ver cómo te paso toda mi humedad por tu ropa, impregnándola del olor de mi polla, de mi flujo. Notas cómo me paro especialmente en tus tetas, intentando pellizcar tus pezones por encima de la tela de tu sujetador, la camisa y el boxer, dejando mi humedad en la tela de tu camisa. Te retuerces amarrada a la barra. Mi cuerpo se pega al tuyo y mi polla entra en contacto con tu pantalón, mojándolo con mi humedad. Una vez quedo satisfecho y con tu camisa debidamente húmeda, subo el boxer a tu boca. Lámelo, te susurro al oído.
...
ALEXANDRA R
(yo al principio me niego a lamerlo, me da asco, pero tú brusca y violentamente me obligas, no quiero, pero me obligas, empiezo a pasar mi lengua por tu boxer)
(eso hace q te excites más todavía, tanto que violentamente me empiezas a sacar la camisa por fuera del vaquero, sabes muy bien q nunca ningún chico ha deprendido ninguna camisa mía por fuera del vaquero, q eres el primero, y eso te da aun más morbo fetichista)
(y cuando tengo ya toda la camisa por fuera de nuevo violentamente y sin permiso me desabrochas mi vaquero, bajas mi cremallera y me lo bajas violentamente, dejándome a la vista mis braguitas blancas)
(eso a mí no me gusta nada, esto es ir ya demasiado lejos, forcejeo con mis manos para liberarme, pero estoy muy bien atada a la barra y no puedo hacer nada)
(verme así tan sumisa y aún pija vestida así te pone más aún)
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CARLOS C
veo cómo te retuerces en la barra. Retiro el pantalón ayudando con mis manos por tus tobillos. Tus piernas son jóvenes, bien torneadas y de piel blanca. Sujeto tu vaquero al igual que hice con el boxer y lo llevo a mi cara por la zona de tu entrepierna. Escuchas como inspiro fuerte y observas, cada vez más calmada. Extrañamente te gusta esta situación. En la vida se te habría pasado por la cabeza este tipo de fetichismo y menos aún la sumisión, pero en cierto modo lo estás disfrutando. No sufres daños, es más, cada vez estás más caliente. Nunca antes te habían abierto según qué puertas y dentro de tu timidez e inmadurez eres una chica valiente y, aunque te cueste, estás empezando a disfrutar del novio de tu hermana. DEL NOVIO DE TU HERMANA!!!!
- Estás excitada Alexandra?, el pantalón huele a tu coño. Me vuelvo a acercar y con un hábil movimiento sujeto la goma de tu braguita con dos dedos y tiro de ella hacia abajo. Tu resistencia de antes ahora es nula. colaboras. Ahora tengo tu braga en mi mano y puedo obserbar una gran mancha húmeda en la felpilla.
- tú también estás cerda, esto es una prueba irrefutable. Acto seguido la llevo a mi nariz.
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ALEXANDRA R
(tengo una mezcla de deseo y de repulsión al mismo tiempo, por una parte me gusta todo el fetichismo q mi ropa produce en ti pero por otra parte me da miedo todo lo q está pasando, no sé si estoy preparada, todo es demasiado, estoy desbordada por la situación)
(tú te me acercas al oído y me susurras): que sepas q a partir de ahora voy a hacer todo esto todos los días con toda esta ropa q tienes en el armario, con toda, con toda tu ropa pija, es que tiene ser mucho más pija y vestir mejor q tu hermana, voy a mancillar toda tu ropa, ese fetichismo me encanta y haré q te encante
(yo me asusto un poco al escuchar tus palabras pero tu mirada dice q hablas muy en serio)
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CARLOS C
Cada día que venga a visitar a tu hermana me las ingeniaré para palpar la humedad de las bragas que lleves puestas, cogeré una prenta al azar de las que llevas en el armario y la pasaré por mi polla para impregnarla de mi olor y así puedas tenerla contigo. Me siento en tu silla frente a tí y continúo susurrándote.
- Algunas veces en la intimidad fantaseo contigo, con regodearme con cada una de tus prendas. Más de una vez he estado tentado a robarte algún tanga del colgador, llevármelo a casa y hacer esto.. Bajo tu braga húmeda a mi polla, frotándola contra ella y tras enroscarla en mi verga comienzo un suave masaje arriba y abajo. Tus ojos están como platos. Me estoy masturbando con tu braga enroscada en mi polla. Tu coño, al igual que mi mente, está tomando vida propia. Me observas sin poder hacer nada, cruzas las piernas, notas el roce de tus labios que a estas horas están empapados. Nunca te habías sentido tan excitada, ni siquiera aquella vez que te distes esos besos con ese chico, ni siquiera la primera vez que decidiste masturbarte bajo las sábanas queriendo ser una malota y negándote a ser esa niña buena y pijita que viste bien.
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ALEXANDRA R
(yo cierro los ojos, noto excitación y algo q nunca he sentido antes)
(cuando vuelvo a abrirlos estás de nuevo de pie frente a mí con mirada pícara y fetichista) No solo haré esto con tu ropa interior (coges una camisa blanca de mi armario con la q me has visto muchas veces y q te encanta lo bien q la combino con los jerseys, y te la enrrollas alrededor de tu inmenso pene erecto, y empiezas a masturbarte con ella)
(te encantan mis camisas, tanto q la dejas empapada al cabo de un rato de tu semén q se está escapando)
(pero quieres más, y coges otra camisa de mi armario, esta vez una a cuadros q tb te mola mucho, y tb te masturbas con ella)
(mientras yo miro atónita atada a la barra de mi armario vestida ya solo con mi camisa azul claro)
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CARLOS C
has visto mi cara de placer soltar toda mi leche en tus camisas, pero sigo caliente, morboso, excitado, cerdo. La braga que también estaba enroscada en mi polla y a la que algo de leche le ha caído ahora la coloco en tu cuello, a modo de collar. Percibes su fuerte olor a flujo de tu coño y leche de mi polla. Es fuerte, pero no te desagrada en absoluto. Esta situación te ha subido en el carro del morbo y no quieres bajarte. Cojo la camisa de rayas que cogí antes de tu armario y la paso por tu boca. Lámela, te dijo con firmeza. prueba mi leche.
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de forma muy resumida sería: tú eres el novio de mi hermana mayor, yo soy unos años más pequeña (por ejemplo tengo 18 ó 20 años), y tú cada vez estás más harto de que mi hermana siempre vaya vestida con sudaderas y chandal, y en cambio te encanta cada vez más q yo siempre vista así más pija, clásica y elegante con jersey y camisa, te gusta muchísimo mi forma de vestir, por lo q un día voy vestida exactamente así
y decides pasarte por mi cuarto mientras estoy estudiando un día q mi hermana ha tenido q salir
qué te parece?
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CARLOS C
que tu mente es más caliente de lo que tú misma crees
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ALEXANDRA R
jajajajja
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CARLOS C
como te dije ayer, sí, me gusta esa sobriedad en ese look
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ALEXANDRA R
y para hacerlo más interesante y morboso yo soy muy tímida, introvertida y reservada en el relato, jamás estoy con chicos, lo q te da más morbo a ti
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CARLOS C
La cosa no ha ido tan mal entre mi novia y yo como había pensado inicialmente. No se lo había tomado tan mal, aunque al día siguiente, cuando timbré en su casa, me recibió, y creo que lo hace ya para fastidiarme, con sus leggins y su sudadera puestos. Su sonrisa era pícara, lógico, ya que sabía lo que estaba haciendo. Nos besamos en la puerta y, cómo casi siempre, mis manos apretaron su culo brevemente. Había ya confianza de varios años.
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Fuí a la nevera y me serví un vaso de auga. La casa estaba extrañamente en silencio. Lo normal es que hubiese algo de música puesta, de ella o del cuarto de Alexandra, su hermana, pero hoy no, y me extrañaba.
- qué pasa que la casa parece hoy un funeral?
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ALEXANDRA R
(Mi hermana te contesta que mis padres están de viaje, que solo estamos ella y yo, y que yo estoy estudiando en mi habitación)
(mi hermana te dice q tiene q salir un momento que tiene q comprar una cosa, como hay mucha confianza después de tantos años te dice que te quedes en el salón viendo la TV, que vuelve en unos 30 ó 40 minutos)
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CARLOS C
veo cómo se da la vuelta y fijo mi mirada en su culo. Uff, con el culo tan bonito que tiene y que no me deje nunca verlo con un buen vaquero puesto. Fantaseo con la de veces que se lo he magreado, mordido, besado e incluso aquella primera vez que me pidió que jugase con su agujerito. Me estaba poniendo malo sólo de pensarlo. El ruido de la puerta al cerrarse me despertó de mi sueño.
y ahora qué hago? pensaba. La tele no me gusta. Música no voy a poner porque Alexandra está estudiando. Alexandra.. mi mente ya espoleada por el pensamiento de su culo aún seguía trabajando en modo outsider. Todas las funciones se dirigían ahora hacia tu figura. Una chica joven, responsable, atractiva y, lo mejor de todo, había heredado el culo de la hermana, pero con una diferencia reveladora. Ella sí vestía vaqueros!
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ALEXANDRA R
(sí, yo sigo en mi cuarto estudiando ajena a q tú estás en la casa, estoy concentrada)
(vestida de esa forma tan sobria, seria y formal para casi todos los chicos pero q a ti te encanta, pq a ti te molan las chicas q saben combinar bien los jerseys con las camisas y un buen vaquero)
(y aunque solo tengo 18 años te encanta como me queda toda la ropa q llevo siempre, y eso q todavía no me has visto con este jersey azul oscuro que llevo que combino tan bien con la camisa azul claro)
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mi mente se empeña en torturarme hoy y destierra esos momentos en que la ayudaba a descolgar la ropa del tendal. Esos vaqueros, esas camisas. Sabía exactamente de quién era cada tanga, sujetador o braga que descolgaba. Por raro que me parecía, ella nunca le dió importancia a que viese o doblase cualquier prenda de Alexandra, pero en muchos momentos el morbo me podía. Me imaginaba inspirando fuerte sus tangas antes de meterlos en la lavadora o masturbándome furtivamente con ellos enrollados en mi pene. No puedo negar que esa idea volvió a mi cabeza. Estaba prácticamente solo, pero el cesto de la ropa y el tendal estaban vacíos. Basta! dije para mis adentros. Como sigas así vas a acabar excitándote de todo. Sí, era cierto. Una leve excitación se marcaba bajo mi pantalón, y, por prudencia, no quería aumentarla.
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ALEXANDRA R
(yo mientras sigo estudiando en mi habitación vestida así con esta ropa sobria pero pija al mismo tiempo)
(cuando de repente noto que unos pasos se acercan a mi habitación)
(sé que tú estás en la casa pq me lo ha dicho mi hermana q ibas a venir pero soy tan tímida, seria e introvertida que me da un poco de corte tener q hablar contigo)
(tendré 18 años pero en el fondo sigo siendo algo niña e inmadura todavía)
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CARLOS C
Supongo que Alexandra estará estudiando, no sé si será prudente molestarla. Mis pasos avanzan a su habitación mientras intento descartar las excusas que me llevan a saludarla. Es más joven que yo, está en esa época complicada en la que todos pudimos ser ángeles o demonios en cuestión de minutos. Es una chica tranquila y alegre, y siempre tuvimos muy buena relación. A mi cabeza vuelven las imágenes de Alexandra vestida con sus vaqueros, camisa y jersey, al más puro estilo colegio de pago. Cada vez que la veía apostaba en pensamientos qué lencería podía llevar. A pesar de ser más joven, tenía mejor gusto que su hermana. Delicados tangas con bordados, sujetadores sin relleno y sin aros que en ciertos momentos me obligaban a fijarme en cómo se marcaban sus pezones. Todo siempre muy sobrio y elegante, sin las estridencias típicas de las chicas de su edad. Hasta en eso superaba a su hermana.
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ALEXANDRA R
(sí, estás confuso en tu mente, por una parte q mi hermana nunca ha vestido en plan pija ni clásica, nunca, y eso te molesta, estás harto de sus sudaderas y ropa informal)
(y por otra parte que desde q me conoces casi siendo una niña yo siempre he vestido así sobriamente con jerseys y camisas pero q te mola muchísimo)
(te encanta mi ropa desde siempre pero hasta hoy no te has dado cuenta del mucho influjo q tiene en ti)
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Me da igual que esté estudiando. Voy a saludarla, creo que porque descanse un rato charlando conmigo no va a pasar nada. Sincerándome conmigo mismo, sé perfectamente que, además por el aprecio que le tengo, una de mis intenciones es tener motivo para dedicarle una de mis pajas nocturnas, como tantas veces he hecho. Imaginándola con esas camisas, elegante, seductora.. Si su hermana supiera.. me echaría con cajas destempladas. Toc Toc
-Hola Alexandra. Se puede?
- Espero que no estés muy ocupada
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ALEXANDRA R
(yo me asusto al oir q llamas a mi puerta, no me lo esperaba, algo cortada y muy tímida digo)
- ah, hola, pasa, estaba estudiando, q tengo pronto un examen
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CARLOS C
- Qué recuerdos, esos tiempos de estudiante.. De qué es el examen? Quizás pueda ayudarte
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ALEXANDRA R
- Es de matemáticas, no hace falta q me ayudes (sonrío tímida y nerviosamente), lo llevo ya bastante bien
(tú te fijas en mi jersey azul oscuro y mi camisa azul claro, nunca antes me has visto con ese jersey y esa camisa, serán nuevos, siempre te mola verme con ropa nueva, y sobre todo lo bien q combinan ambas cosas con mi vaquero)
(tú te das cuenta q estoy muy cortada, tímida y nerviosa, soy muy introvertida pesar de q hace ya años q eres el novio de mi hermana mayor)
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CARLOS C
veo cómo te giras, desplazando tu media melena castaña contra un lado, descubriendo tu linda cara. Esos ojos marrones ahora un poco enrojecidos por la continua concentración en los estudios. Ciertamente te noto algo nerviosa, nunca has sido una persona muy sociable, ya madurará, pienso, pero hoy estás especiamente rara, temblorosa, esquiva. Me recuerdas a cuando yo era joven y me gustaba alguna chica. Mi táctica era todo lo contrario a lo que se debía suponer, me encerraba en mí mismo, me moría de la vergüenza e intentaba esquivarla. Con los años todo eso cambió radicalmente, pero no puedo evitar pensar que algo hay.
- Tranquila, debes estar muy alterada. Los exámenes siempre son épocas difíciles y hay que saber controlar las sensaciones. A la vez que te digo esto, poso mi mano en tu hombro con firmeza. Puedo adivinar el tacto de tu sujetador bajo toda la ropa que llevas, es algo que mis sentidos han aprendido a percibir. Lo que se intuye siempre es mejor que lo que se ve. Cuál será el que lleve hoy?
- Por cierto, estás muy guapa. Qué diferente eres a tu hermana
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(yo miro algo cortada como pones tu mano en mi hombro tocando mi jersey azul oscuro nuevo, me pone algo nerviosa)
(tú no lo sabes pero a pesar de mis 18 años al ser tan tímida, introvertida y seria nunca he dejado q ningún chico se tome esas confianzas)
(me sonrojo un poco cuando dices lo guapa q estoy, no esperaba q me dijeras eso, no sé q responder)
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CARLOS C
En mi cabeza se mezclan todo tipo de olores. Un olor que adoro es el de los libros. El de tu pelo que me vuelve loco, el propio olor de tu habitación, una mezcla que evoca limpieza, mezclado con el de tus zapatillas de deporte, tiradas en una esquina al lado de la cama. Mi mano sigue en tu hombro, por mi cabeza en ningún momento se pasó la idea de retirarla e, inconscientemente tú tampoco haces ningún amago de que te moleste, por lo que se ha quedado ahí.
Todos los pensamientos que antes circularon por mi cabeza hacen de tí una imagen de sensualidad total. Tu inocencia, tu nerviosismo, la dulzura de tu timidez, ese jersey, la camisa cuyo cuello asoma por debajo. Imagino tu ropa interior y tu culo increíble pegado a la silla. Mi otra mano se posa sobre el hombro izquierdo y comienzo a mover las dos lentamente, como si de un suave masaje se tratara.
- Estás tensa, relájate. Es simplemente un examen. Además, no dudo que lo superarás fácilmente. Siempre has sido buena estudiante
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ALEXANDRA R
(yo noto como tienes tus dos manos en mis dos hombros tocando mi jersey azul oscuro, y como empiezas a masajear)
(eso no me relaja, al contrario, me pone mucho más nerviosa, no entiendo pq no te digo q te vayas, mi timidez me lo impide, tu presencia me impone, siempre te he visto como alguien muy mayor, aunque en realidad solo eres 6 años mayor q yo, pero eso a mis 18 años es mucha diferencia)
(estoy confusa, muy confusa, pq nunca he dejado q ningún chico me toque así mi hombro ni mi ropa, no entiendo pq te estoy dejando a ti)
(y encima eres el novio de mi hermana mayor, estoy super confusa con mis sentimientos y emociones)
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- Alexandra, creo que deberías tomar un poco el aire. Te veo muy alterada. De verdad, te pasa algo? Desde aquí arriba puedo ver cómo tu abdomen se mueve en una respiración acelerada. Veo tu pecho hincharse y desincharse arrítmicamente, como si el aire quemase en tus pulmones. Mis manos siguen en tus hombros, pero el intento de masaje ya se ha detenido. Ahora están simplemente posadas, con mis dedos moviéndose levemente, intentando perfilar cada una de las fibras que componen la tela de tu camisa. Tus pezones erizados bajo la ropa despiertan todos mis sentidos y alteran mi testosterona. Alguna vez ya los había visto así, pero no tienen nada que ver con la intensidad con la que hoy se marcan. Bendita dulzura, pienso. Hoy lleva el sujetador sin relleno.. Mi corazón se acelera, noto cómo mi cuerpo bombea sangre a mi entrepierna, reaccionando ligeramente. Cabeza, pienso para mí mismo, es la hermana de tu novia
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ALEXANDRA R
(yo no me doy cuenta q se me han marcado un poco los pezones, y aunque con el jersey y la camisa no se deben notar mucho me siento algo incómoda, intranquila, no sé q me pasa, mi instinto me dice q te diga q te vayas de mi habitación pero por alguna razón q no entiendo no lo hago, estoy confusa y no me reconozco)
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CARLOS C
mi cabeza sigue atormentándome dulcemente. Por ella pasan varias situaciones, cada cual más diferente. Sería capaz de coger tu mano y, tirando de tí, salir galopando en un corcel hasta la puesta de sol. También podría darte la vuelta, empujarte contra la cama, arrancarte la ropa y follarte salvajemente hasta que cayéramos exhaustos, pero no. Me pide otra cosa, me pide dulzura, sensualidad, delicadeza y cariño, que es lo que realmente me transmites. Mis dedos suben ligeramente por la tela de tu camisa hasta alcanzar tu piel. Siento un respingo en tu cuerpo. Tus pezones, por increíble que parezca, están aún más tiesos.. lo que daría por sentirlos entre mis labios.. noto tu piel tensa, erizada, sensible. Los músculos de tu cuello los siento duros como cuando estoy en el gym levantando hierro. Algo me dice que, a pesar de tu supuesta incomodidad, te gusta. A mí también.
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ALEXANDRA R
(nunca ningún chico me ha tocado antes los cuellos de ninguna camisa mía, por eso cuando has pasado tus dedos acariciando y rozando los cuellos de mi camisa azul claro que sobresalen de mi jersey azul oscuro he sentido un estremecimiento fetichista q me ha gustado, no sé pq pero q roces mi ropa y q te guste la ropa q llevo me excita aunque nunca antes me lo había planteado)
(nunca había pensado q mi forma de vestir así tan pija, clásica, sobria y elegante podría gustar a un chico, pero estoy notando q a ti te guste, y eso me mola fetichistamente, aunque no sé pq)
(estoy descubriendo emociones y sensaciones q nunca he experimentado antes a mis 18 años)
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Alea jacta est! me autonvenzo. El morbo que me transmites es demasiado y, aún a riesgo de que ella vuelva y nos encuentre en una actitud más o menos sospechosa, no puedo evitarlo, es como si mi mente le pusiese freno a la razón y negara cualquier pataleta que tuviese por evitarlo. Mis manos descienden por tus hombros, deteniéndose el la suavidad de la tela del jersey, puedo notar tus finos brazos temblorosos, pero también noto que te dejas llevar. Esa sensación hace que mi excitación se dispare. Noto mi polla hinchada bajo el pantalón, palpitando como nunca. Inclino mi cara sobre tu pelo e inspiro sonoramente para después expirar mi aliento cálido en tu cuello. No disimulo, quiero que sepas que estoy ahí, deseándote. Mis manos no paran de acariciar los tuyos por encima del jersey.
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ALEXANDRA R
(antes de este día jamás hubiera consentido ni permitido q ningún chico me tocase los brazos por encima del jersey, he sido siempre muy fría, tímida y distante con los chicos, pero hoy algo ha cambiado en mí, sigo siendo un poco niña e inmadura, pero me gusta q toques mi ropa, fetichistamente eso me gusta, y sobre todo q mi ropa haga q te atraiga más q la ropa de mi hermana, hay cierto morbo ahí q me gusta, aunque no entiendo muy bien el porqué)
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CARLOS C
me encanta el olor de tu pelo. Vuelvo a inspirar profundo, sólo quiero que me envuelva durante el resto del día para acordarme de tí cuando esté fuera. Mis manos sobrepasan tus brazos. Tu espalda está pegada al respando de la silla donde estudias. Estás rígida pero receptiva. Lo sé. La experiencia me dice que lo deseas en lo más profundo. Ahora entiendo muchas miradas cruzadas cuando estaba por casa, ese leve rubor que teñía tus mejillas, esa sonrisilla infantil disimulada. mis manos se desplazan un poco atrás, hasta apropiarse de tus costados. Ahora siento con más potencia lo acelerado de tu respiración junto con el tacto de tu caja torácica bajo el jersey y la camisa. Mi cara atraviesa tu pelo. Ahora es tu piel la que huelo, un olor mucho más potente. Estrógeno puro. Deposito un beso en tu cuello con un leve roce de mis labios. Tus pezones van a reventar el jersey.
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ALEXANDRA R
(yo me estremezco por ese beso en el cuello, es el primer beso q me dan ahí en mi vida, en estos años algún chico me ha dado algún beso tímido en los labios pero nunca he pasado de eso, ese beso en mi cuello me produce escalofrios, sé q es el momento de parar esto, sé q esto no está bien, empezando pq eres el novio de mi hermana mayor, y además no sé si estoy preparada, estoy super confusa)
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Ese nerviosismo, ese tembleque, esa respiración entrecortada me excitan terriblemente porque eran las mismas sensaciones que tuve la primera vez que lo hice con tu hermana. Recuerdo cada momento, cada roce, cada gemido. La torpeza de dos jovenes su primera vez.. pero esta vez no sería así, yo seré quién te lleve por la senda adecuada, quién te enseñe y te haga apreciar todo lo que envuelve al erotismo y la sensualidad. En tu frente puedo apreciar leves gotas de sudor. Estás colorada y acelerada. En resumen. Estás excitada. Muy excitada. Creo que hasta podría sentir cómo tu sexo palpita y lubrica levemente en cada una de tus respiraciones. Mis manos descienden por tus costados hasta tu cintura, sujetando el borde de tu jersey y tirando de el suavemente hacia arriba.
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ALEXANDRA R
(yo noto como colocas sutilmente tus manos en el borde de mi jersey azul oscuro y como empiezas a tirar de él hacia arriba, lentamente, muy lentamente, suavamente, disfrutando cada centímetro q subes, has querido hacer esto con cada uno de los jerseys q me has visto llevar desde q tenía 14 años, siempre mi ropa te ha gustado muchísimo y has querido jugar con ella, y este jersey te encanta como me queda y como quieres jugar con él)
(de hecho solo me lo levantas hasta mi pecho, no quieres quitármelo del todo, pq te encanta hacerme cosas estando así vestida con esa ropa tan clásica, pija y elegante a la vez q sobria y formal)
(solo quieres verme bien la camisa azul claro q llevo debajo y te encanta lo formal q visto con la camisa vestida elegantemente por dentro de mi vaquero)
(quieres, necesitas hacerme muchas cosas con esa ropa puesta, fetichistamente eso te mola, esa ropa q nunca verás puesta a mi hermana)
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CARLOS C
por mi cabeza pasan miles de ideas, de deseos, de juegos, de perversiones que estoy seguro cumpliríamos juntos. Me tienes entregado y estoy seguro que tú también lo estás. Ese jersey azul se amontona frente a tu pecho, proporcionándote un extra de calor. Me sientes de pie, inclinado sobre la silla, con mis brazos por los costados del respaldo y deteniéndose en la tela de tu camisa. Una tela de calidad, suave y delicada como la piel que cubre. Sientes mis manos en tu vientre, pasearse, acariciar, detenerse en cada uno de los botones de la camisa que tu jersey no cubre. Puedo ver tu vientre subir y bajar con cada respiración. Puedo sentir tus estrógenos liberados por cada uno de tus poros. Mis manos buscan un poco más, descienden hasta tus muslos y vuelven lentamente por su cara interna. Rozan tu entrepierna levemente y vuelven a subir por la camisa, desapareciendo bajo la tela del jersey. Se posan sobre tus pequeños pechos. Mis labios vuelven a buscar la piel de tu cuello, vuelven a recorrerla esquivando la tela del cuello de la camisa azul.
- Umm, si tu hermana vistiese como tú. Me volveríais loco entre las dos, te susurro lujuriosamente para seguir en su paseo hasta el lóbulo de tu ojeja, el cual atrapo entre los labios, dándole un leve tirón.
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ALEXANDRA R
(sí, como llevas muchos años saliendo con mi hermana has estado todo este tiempo sin tocar ninguna camisa ni jersey a ninguna chica, hace siglos q no haces eso, pq mi hermana nunca viste así)
(el poder tocar mi jersey, mi camisa y mis vaqueros te da un plus fetichista total, te da un morbo q te encanta)
(yo aunque sigo tensa por la situación poco a poco me voy relajando, aunque todo esto es nuevo para mí, nunca ningún chico me ha tocado antes por encima del jersey y mucho menos por encima de la camisa, y muchísimo menos por mi vaquero)
(yo estoy tensa y no quiero q sigas pero por otra parte me gusta fetichistamente juegues con mi ropa)
(no me reconozco a mi misma)
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en un gesto doy la vuelta a la silla giratoria y te pongo frente a mí. Delante de mí tengo una chica colorada, sudando levemente, respirando entrecortadamente y con el bonito jersey arremangado a la altura de tus tetas. Tiro de tus manos a la vez, levantándote de la silla. Eres delgada y te saco casi una cabeza. En volumen, mi espalda sería el doble de la tuya. Ahora tú puedes ver mi cara y tus ojos se desvían hacia el bulto que pelea por salirse de mi pantalón vaquero. Un vaquero casi del mismo color que el tuyo, azul clarito, pero con una pequeña diferencia. Ahí donde mi polla se abulta puedes ver un círculo de humedad. Es la excitación de mi flujo preseminal que ya ha atravesado el boxer y humedece mi pantalón. Estoy empalmadísimo. Mis manos recorren tu cintura con suavidad, tirando de tí hacia mí hasta que nuestros cuerpos entran en total contacto. Percibes mi bulto apoyarse a la altura entre tu pelvis y vientre. Nunca habías sentido una polla tan dura ni tan cerca. Mi boca se acerca a la tuya, despacio. Quiero que me veas para que te vayas preparando. Quiero saborear tu boca.
- Te han besado alguna vez, Alexandra?
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ALEXANDRA R
(yo estoy tan desbordada por lo q acaba de pasar q no soy capaz de responder, estoy sumamente cortada, tímida y desbordada por la situación)
(tú te das cuenta que te da igual mi respuesta y me das un intenso beso en los labios muy largo, muy intenso, con un deseo brutal, hace años q no besas así a mi hermana)
(y dejándote llevar por el fetichismo aprovechando q estás en mi habitación me coges de la mano y me llevas hasta mi armario, lo abres, ahí están todos los jerseys y camisas q me has visto llevar en estos años, está todo, eso te da un morbo fetichista brutal, te colocas detrás de mí juntando tu paquete contra mi culo mientras empiezas con tu mano a tocar todos los jersey, camisas y pantalones de mi armario, te encanta hacer eso mientras estás pegado junto a mí)
(yo me siento un poco incómoda por esta situación, forcejeo un poco para librarme, pero tú no me dejas, eres mucho más fuerte y alto q yo)
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- ves qué maravilla? toda la ropa de tu armario es fina y delicada, suave y sobria y eso me vuelve loco. Es algo que tu hermana nunca podrá darme porque únicamente va vestida de sport, y a mí me vuelven loco las chicas como tú. Delicadas, de camisa, jersey y vaquero. Pego mi polla aún más contra tu culo y respondes apretando contra atrás. Mis manos se deslizan por tu vestuario moviendo tu ropa e intentando respirar como un cocinero lo hace sobre una marmita. Estoy terriblemente excitado. la mancha de mi pantalón sigue creciendo. Noto perfectamente cómo mi polla rezuma excitación. Mis manos aprietan tus caderas para pegar aún más nuestros cuerpos. Estiendo una mano y retiro un bonito jersey rojo de la percha. Lo paso por mi cara, respiro tu aroma impregnado en el y lo rozo por tu cara, como acariciándote. Tu jersey azul sigue aún a la altura de tus tetas. Mientras el jersey pasea por tu cara, mi mano derecha se desliza por tu pantalón, hasta tu entrepierna, notas mi mano apretar levemente tu sexo por encima de toda la ropa. Desearía arrancártela, pienso, pero es mucho mayor el morbo que me provocas con ropa.
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arrojo tu jersey rojo al suelo y mis manos vuelven a tu cintura. Realmente estás en forma, aprieto tu piel y subo lentamente rozando tu camisa. Alcanzo tus pechos, los cuales aprieto por encima de la camisa. Tus pezones aún siguen en tensión, los noto en las palmas de mis manos rompiendo casi la tela. Arrastro tu jersey hacia arriba, sacándotelo. Ahora está en mi mano y repito la operación del jersey rojo. lo paseo por mi rostro. Inspiro tu aroma impregnado en el, mucho más potente que el otro. Vuelvo a sentir mi polla palpitando fuertemente bajo el pantalón. La situación es para mí tan morbosa que temo que en cualquier momento me corra vestido. Ahora puedo verte. Elegante, con la camisa azul y el vaquero. Bella y delicada. Paseo el jersey por tu pecho hasta tu cara y me sorprende ver que tú también inspiras, disfrutas con su tacto, con tu propio olor. Lo aparto y te beso con pasión, con un deseo incontrolado. Tú que antes parecías un pequeño animalito indefenso ahora parece que estás liberando la bestia que lleva dormida en tí. Mueves tu boca con ganas, con gula por devorar mi saliva. Nuestras lenguas se enroscan, pelean, golpean. Intercambiamos nuestra saliva como dos sedientos en el desierto. Enrosco el jersey por tu cuelo, lo aprieto levemente mientras no puedo parar de desearte y besarte.
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seguimos de pie, frente a frente. Tu pecho se mueve descontroladamente. ya te costaba cordinar la respiración y ahora el jersey oprime tu cuello. Puedes respirar, pero el calor que te da acentúa tu sudor. Dejo de comerte la boca y subo a tu frente. Mi lengua rebaña cada gota de sudor que mana de ella y vuelvo a besarte. No haces ascos, es más, me besas con más deseo. mmmm... aquí hay mucho potencial, pienso. Si es su primera vez y está tan entregada, en el momento que disfrute de todas las perversiones que pasan por mi cabeza va a ser una diosa. Me he olvidado completamente de tu hermana. Todo mi universo ahora está centrado en tí, en tu cuello cubierto por el jersey, en tus pezones marcándose bajo la camisa, en tu pelvis que no para de moverse como buscando el contacto con mi polla hinchada.
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ALEXANDRA R
(sí, te encanta q a pesar de mi torpeza y de q se note q no tengo experiencia el morbo de la situación me haga comportarme así, estoy dejando de ser una niña, por primera vez me comporto como una chica de 18 años)
(tú no dejas de mirar mientras tanto toda la ropa de mi armario y piensas q te encantará otro día jugar con toda esa ropa, quieres jugar conmigo con cada una de las prendas de ese armario)
(como yo noto tu fetichismo por mi ropa te digo susurrando al oído sinceramente): nunca antes ningún chico había tocado ningún jersey mío y por supuesto nunca ninguno me lo había quitado, eres el primero (nada más decirlo me sonrojo, soy muy tímida y no estoy acostumbrada a decir algo así aunque sea cierto)
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- Yo tampoco había besado antes a la hermana de una novia. Y sí, has descubierto el secreto que oculto a tu hermana porque sé que no lo entendería, a pesar de que ella es muy liberal. Me gusta la ropa, me gusta jugar con ella, me gusta verte bien vestida, como hoy, con tu vaquero, camisa y jersey. Usaría toda la ropa que tienes en el armario sobre tu cuerpo, sólo por mi placer y por tu placer. Ojalá me entiendas y compartas mi secreto. Momentos después vuelvo a comerte la boca. Mis manos estrujan brevemente tus tetas y vuelven al jersey azul. Lo desenroscan de tu cuello. Ahí estás, de espaldas al armario, casi rozando toda tu ropa. Te veo como una ninfa entre flores, rodeada de todas esas telas, colores, texturas. Me debilitas y excitas a la vez. En un gesto sujeto tus muñecas y las elevo por encima de tu cabeza, desplazándolas ligeramente hacia atrás, hasta que tocas la barra que soporta todo ese vestuario. En otro gesto rodeo tus muñecas con la manga del jersey, amarrándote a la barra fuertemente. Ahora estás atada, sólo pudiendo mover tus piernas, inmovilizada y a mi disposición. Sometida y unida a la barra del armario por tu jersey azul. Rodeada de toda tu ropa. Me separo un paso. Sigues viendo mi polla hinchada bajo el pantalón, ahora la mancha es mucho más grande, no he dejado de rezumar y disfrutar este momento. Tus estrógenos y mi testosterona llenan tu cuarto de estudiante. Estamos vestidos, pero se huele el sexo desde el pasillo.
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ALEXANDRA R
(jamás imagine que estar atada e inmovilizada a la barra de mi armario con mi jersey pudiera gustarme, antes de este día me parecería algo ofensivo, violento, pero hoy me doy cuenta q es mi ropa, el fetichismo por mi ropa lo q te hace obrar así, y eso me gusta, me excita)
(es una situación q me desborda pero estar así atada y tú mirándome me gusta, pq leo tu pensamiento de q te gustaría poder hacerme eso con toda la ropa q hay en mi armario)
(ya ni me doy cuenta de nuestra gran diferencia de edad ni de q seas el novio de mi hermana)
(solo sé q me gusta q te mole tanto mi ropa, por lo que inocentemente te pregunto con total sinceridad): entonces ¿te parece q conjuntaba bien este jersey azul oscuro con esa camisa azul claro? ¿te gusta como combinan? (soy coqueta con el tema de mi ropa y se ha notado en ese comentario)
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- Es una combinación de libro, asiento. Adoro cómo vistes, envidio la ropa que acaricia tu piel y verte así, atada con tu jersey e imposibilitada para defenderte me excita mucho más, y no porque pueda hacerte algo malo, sencillamente porque te vuelve una persona sometida, voluble, como expectante ante mis deseos, y eso me llena. Mis manos vuelan a tu culo, un culo perfecto, apretado por el vaquero. Lo manoseo, me pego a tí. Vuelves a notar mi polla rozarse con tu cuerpo y mi boca respirar en la tuya. Me paso así un buen rato. A los dos nos cuesta ya respirar y esa labor se convierte en una sinfonía de pequeños gemidos que nos vamos escupiendo de boca en boca. Vuelvo a separarme de tí, doy dos pasos hacia atrás. Disfruto de tu postura brazos arriba, atada, sometida.
- Mírame, te digo suavemente. Mi mano desciende hasta la botonera de mi pantalón, poco a poco hago saltar cada uno de los botones hasta llegar al último. Mi erección impide que el pantalón caiga solo y de un gesto lo dejo caer al suelo. Levanto los pies y lo aparto de un empujón con el pie. Ahora sí puedes apreciar completamente mi polla hinchada bajo el boxer azul oscuro, curiosamente del color de tu jersey, puedes apreciar mi capullo justo en medio de una gran zona húmeda por mi flujo.
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ALEXANDRA R
(yo por supuesto nunca he visto semejante bulto en un boxer, es más, nunca había visto a un chico en boxer, me asusto un poco, por un momento me vuelvo a sentir indefensa y violentada ante esta situación así atada a la barra de mi perchero por mi jersey)
(aunque trato de evitar la mirada no puedo evitar mirarte a esa zona, me sonrojo y corto)
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- Mírame, tú y yo no somos de piedra. Este es el resultado de mi deseo, de verte así atada entr tu ropa. Retiro mi boxer con las manos y lo sujeto.
- Ves lo mojado que me tienes? Nada me gustaría más que saber que tú estás igual. Huelo mi boxer observándote con cara de vicio.
- Está totalmente mojado de mi flujo. Algo que nunca pensarías ver es cómo me acerco a escasos centímetros de tu cara y llevando el boxer a mi boca ves cómo mi lengua recorre golosamente la suave tela impregnada en mi propio zumo. Me gusta violentarte, provocarte, sorprenderte. Nunca habrías pensado que verías un tío lamer su propio boxer.
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ALEXANDRA R
(yo no puedo disimular lo asustada q estoy, tengo miedo, tener tu boxer tan cerca de mi cara viendo como lo lames me produce sentimientos contradictorios)
(tú me susurras al oido): es tu ropa q llevas hoy la q lo ha puesto así, tu ropa de siempre me encanta, pero la de hoy me vuelve ya loco
(y coges tu boxer empapado de tu deseo y empiezar a pasarlo por mi jersey q ata mis manos, luego bajas por mi camisa y lo pasas por cada centímetro de mi camisa azul claro para luego empezar a pasarlo por mi vaquero)
(pasarlo fetichistamente por toda mi ropa te vuelve loco, pq sabes q es esa ropa y lo pija q soy el q produce tu deseo y erección brutal)
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CARLOS C
sí, me gusta que con lo pijita que eres ver cómo te paso toda mi humedad por tu ropa, impregnándola del olor de mi polla, de mi flujo. Notas cómo me paro especialmente en tus tetas, intentando pellizcar tus pezones por encima de la tela de tu sujetador, la camisa y el boxer, dejando mi humedad en la tela de tu camisa. Te retuerces amarrada a la barra. Mi cuerpo se pega al tuyo y mi polla entra en contacto con tu pantalón, mojándolo con mi humedad. Una vez quedo satisfecho y con tu camisa debidamente húmeda, subo el boxer a tu boca. Lámelo, te susurro al oído.
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ALEXANDRA R
(yo al principio me niego a lamerlo, me da asco, pero tú brusca y violentamente me obligas, no quiero, pero me obligas, empiezo a pasar mi lengua por tu boxer)
(eso hace q te excites más todavía, tanto que violentamente me empiezas a sacar la camisa por fuera del vaquero, sabes muy bien q nunca ningún chico ha deprendido ninguna camisa mía por fuera del vaquero, q eres el primero, y eso te da aun más morbo fetichista)
(y cuando tengo ya toda la camisa por fuera de nuevo violentamente y sin permiso me desabrochas mi vaquero, bajas mi cremallera y me lo bajas violentamente, dejándome a la vista mis braguitas blancas)
(eso a mí no me gusta nada, esto es ir ya demasiado lejos, forcejeo con mis manos para liberarme, pero estoy muy bien atada a la barra y no puedo hacer nada)
(verme así tan sumisa y aún pija vestida así te pone más aún)
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veo cómo te retuerces en la barra. Retiro el pantalón ayudando con mis manos por tus tobillos. Tus piernas son jóvenes, bien torneadas y de piel blanca. Sujeto tu vaquero al igual que hice con el boxer y lo llevo a mi cara por la zona de tu entrepierna. Escuchas como inspiro fuerte y observas, cada vez más calmada. Extrañamente te gusta esta situación. En la vida se te habría pasado por la cabeza este tipo de fetichismo y menos aún la sumisión, pero en cierto modo lo estás disfrutando. No sufres daños, es más, cada vez estás más caliente. Nunca antes te habían abierto según qué puertas y dentro de tu timidez e inmadurez eres una chica valiente y, aunque te cueste, estás empezando a disfrutar del novio de tu hermana. DEL NOVIO DE TU HERMANA!!!!
- Estás excitada Alexandra?, el pantalón huele a tu coño. Me vuelvo a acercar y con un hábil movimiento sujeto la goma de tu braguita con dos dedos y tiro de ella hacia abajo. Tu resistencia de antes ahora es nula. colaboras. Ahora tengo tu braga en mi mano y puedo obserbar una gran mancha húmeda en la felpilla.
- tú también estás cerda, esto es una prueba irrefutable. Acto seguido la llevo a mi nariz.
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ALEXANDRA R
(tengo una mezcla de deseo y de repulsión al mismo tiempo, por una parte me gusta todo el fetichismo q mi ropa produce en ti pero por otra parte me da miedo todo lo q está pasando, no sé si estoy preparada, todo es demasiado, estoy desbordada por la situación)
(tú te me acercas al oído y me susurras): que sepas q a partir de ahora voy a hacer todo esto todos los días con toda esta ropa q tienes en el armario, con toda, con toda tu ropa pija, es que tiene ser mucho más pija y vestir mejor q tu hermana, voy a mancillar toda tu ropa, ese fetichismo me encanta y haré q te encante
(yo me asusto un poco al escuchar tus palabras pero tu mirada dice q hablas muy en serio)
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Cada día que venga a visitar a tu hermana me las ingeniaré para palpar la humedad de las bragas que lleves puestas, cogeré una prenta al azar de las que llevas en el armario y la pasaré por mi polla para impregnarla de mi olor y así puedas tenerla contigo. Me siento en tu silla frente a tí y continúo susurrándote.
- Algunas veces en la intimidad fantaseo contigo, con regodearme con cada una de tus prendas. Más de una vez he estado tentado a robarte algún tanga del colgador, llevármelo a casa y hacer esto.. Bajo tu braga húmeda a mi polla, frotándola contra ella y tras enroscarla en mi verga comienzo un suave masaje arriba y abajo. Tus ojos están como platos. Me estoy masturbando con tu braga enroscada en mi polla. Tu coño, al igual que mi mente, está tomando vida propia. Me observas sin poder hacer nada, cruzas las piernas, notas el roce de tus labios que a estas horas están empapados. Nunca te habías sentido tan excitada, ni siquiera aquella vez que te distes esos besos con ese chico, ni siquiera la primera vez que decidiste masturbarte bajo las sábanas queriendo ser una malota y negándote a ser esa niña buena y pijita que viste bien.
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ALEXANDRA R
(yo cierro los ojos, noto excitación y algo q nunca he sentido antes)
(cuando vuelvo a abrirlos estás de nuevo de pie frente a mí con mirada pícara y fetichista) No solo haré esto con tu ropa interior (coges una camisa blanca de mi armario con la q me has visto muchas veces y q te encanta lo bien q la combino con los jerseys, y te la enrrollas alrededor de tu inmenso pene erecto, y empiezas a masturbarte con ella)
(te encantan mis camisas, tanto q la dejas empapada al cabo de un rato de tu semén q se está escapando)
(pero quieres más, y coges otra camisa de mi armario, esta vez una a cuadros q tb te mola mucho, y tb te masturbas con ella)
(mientras yo miro atónita atada a la barra de mi armario vestida ya solo con mi camisa azul claro)
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CARLOS C
has visto mi cara de placer soltar toda mi leche en tus camisas, pero sigo caliente, morboso, excitado, cerdo. La braga que también estaba enroscada en mi polla y a la que algo de leche le ha caído ahora la coloco en tu cuello, a modo de collar. Percibes su fuerte olor a flujo de tu coño y leche de mi polla. Es fuerte, pero no te desagrada en absoluto. Esta situación te ha subido en el carro del morbo y no quieres bajarte. Cojo la camisa de rayas que cogí antes de tu armario y la paso por tu boca. Lámela, te dijo con firmeza. prueba mi leche.
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